domingo, 26 de mayo de 2013

lágrimas amargas



La luz cruzó por la ventana como un intruso e invadió la estancia sin preguntar a nadie, sin darnos la oportunidad de decidir si era lo queríamos, o no. ¡Qué fácil sería la vida si todas las decisiones importantes fueran así!, impuestas, si las responsabilidades no recaiesen sobre mí, sobre ti, sobre nosotros. O no. La verdad es que ya no sé que pensar. No sé que es lo que quiero, lo  que debo querer..., hace tiempo que siento el vaho de tu respiración humedecerme la cara por las mañanas, igual es porque extrañas mi lágrimas, esas que no te gustaban cuando estaban presentes, porque decías que no querías verme triste, igual es que en el fondo la tristeza es más reconfortante y más cómoda para todos. Al fin y al cabo la felicidad es un sentimiento que es ajeno y extraño al ser humano, supongo que es por eso que lo anhelamos con tanto ahínco. Puede ser que mañana vuelva a llorar, por ti, por mí, por nosostros.

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