viernes, 14 de febrero de 2014

Hay regalos y regalos...

Respira un segundo, pon mueca de aturdimiento, mantén la mirada, y sin dejar que pase el tiempo necesario para procesar el significado de la situación salta al vacío. Sin miramientos, déjate llevar, y que por un momento, por un día, tu hiperracionalidad no diseccione los acontecimientos en pedacitos tan sumamente pequeños, que luego sea imposible disfrutar de ellos. Las migas para los pájaros, que hoy toca comer el pastel entero y con las manos, mánchate, ponte perdida y disfruta de ello como lo hacen los niños cuando juegan en los charcos. Hoy tienes permiso para volver por una noche a la inocencia de los más pequeños, que no se plantean nada más allá de a que hora es la merienda, ese es mi regalo de San Valentín, disfrútalo porque mañana será otro día y la magia del momento con toda su espontaneidad se esfumará y tú volverás a tu celda, en la que nunca dejas pasar a nadie, porque hay intimidades que es mejor no compartir.