martes, 24 de enero de 2012

LUCES DE INVIERNO


Luces de invierno.

Estrés, desatino, fulgor inesperado de sensaciones incomprensibles. Locura que te acecha al final de cada esquina, que espera el momento en que volverte contra el mundo, contra ti mismo y  tus pensamientos.

Pinceladas de colores que acuden al rescate emocional cuando más las necesitas, que te invaden y te fortalecen en la diaria lucha contra sombras escondidas, que nadie ve, pero todo el mundo siente y teme.

Pintura, color y luz, venid a salvarnos de la oscuridad, pero solo cuando es de día, porque la noche, es el secreto de los turbios pensamientos, donde nos refugiamos antes de dormir, e inexplicablemente encontramos cierto gozo, cierta sensación de amparo.


lunes, 23 de enero de 2012

CABARET VOLTAIRE


¿Acaso existe acaso una analogía más emocionante que la que en el Cabaret Voltaire se propuso? Mezcla de cultura y política, con mujeres, desenfreno, liberalismo y diversión.

Experiencias totalmente contradictorias, inconciliables en un mismo momento y lugar. Y aun así; sucedió.

El aire que se respiraba estaba cargado de sueños, de ganas de saber y de poner al mundo contra las cuerdas, y con él, a todos los seres humanos. La creatividad bullía de la mano de un idealismo político-cultural que creía en un mundo mejor, y de eso surgió el Dadá: fresco, irreverente, no seguía ninguno de los estamentos establecidos, y se alejaba de las demás vanguardias europeas de los años 20. No aspiraba a nada, y aun así lo cambió todo. Revolucionó la concepción del arte y diluyó el límite que hasta entonces existía entre el arte y el no arte.

Algo casi inocente, naive, sin pretensiones llegó a cuestionarlo todo, hasta el punto de que aún hoy sufrimos las consecuencias de todos los cimientos del pensamiento que el Dadá removió.

Volvamos al principio, y tratando de adoptar esta visión casi infantil, cuestionemos, experimentemos y revolucionemos los límites del razonamiento, de la cultura y de la relación que estos ejercen con la vida cotidiana, y con los placeres del pecado. ¡Rompamos moldes. quememos  guitarras!