domingo, 3 de enero de 2016

Night life thoughts

Las puertas se abrían y cerraban sin descanso ante la continua llegada de pasajeros que corriendo esperaban alcanzar, por los pelos todo ha de decirse, el autobús que ponía fin a las vacaciones de Navidad de un amplio sector de la sociedad. Quizás no constituyamos la jet set, pero el tránsito del intercambiador Avd de América es digno de Heathrow en cuanto a operación fin de vacaciones se refiere. Y creedme cuando digo que hay pocas experiencias antropológicas tan enriquecedoras como el nocturno Madrid-Barcelona de Alsa. Y el de después de Navidad es,si cabe, el más bizarro. Bultos de formas incomprensibles y maletas repletas de regalos navideños o tuppers con los restos de todos esos dulces imaginables hechos con almendra, sí seguramente toda esta pantomima de la Navidad surgió ante una sobreproducción de almendras amargas...  
Un final; el de las navidades, el de tener una madre trabajadora, el del año de mi incorporación al mundo de triatlón y en el que nació el pollito; en general el de un año cargado de buenas (aunque también no tan buenas, que de todo ha habido) experiencias. Pero ante todo, un principio. El comienzo de un año con nuevos objetivos y muchas ganas, aunque también con mucha presión, porque como Todo el mundo se encargó de recordar tiene que ser EL AÑO, el de todos nosotros, ¡qué ya va siendo hora vagos!... aviso para navegantes, 2016 traerá una sobreproducción de arquitectos... Quién sabe, igual a alguien se le ocurre una fiesta basada en el consumismo abusivo camuflado de tiempo familiar que hacer con ellos...