domingo, 30 de diciembre de 2012

universos finitos y acabados

Ya no escribo ni sueño contigo, porque he perdido mi pluma, igual está en el universo recóndito al que van los sueños inconclusos.

Me miro en el espejo y sonrío, aunque él solo me devuelve trozos de un espectro yo sé que sonrío y por ahora eso es suficiente, tiene que serlo.

Me pierdo en el bosque que son tus piernas, incluso cuando no me has invitado, sobre todo cuando no me quieres cerca.

Tus ojos me dan calambre, pero eso siempre me ha gustado, aunque ya da todo igual, porque Dios se fue, lo mataron las sombras de los hombres que hoy pueblan el mundo y que se alimentan los unos de los otros.

Oriente ya no nos quiere, ni lo hace Occidente, bajémonos al fondo del océano, tierra de nuevas oportunidades y de llaves perdidas.

Matemos nuevas civilizaciones, porque las viejas ya nos aburren, y soñemos peces de colores mientras morimos al acostumbrarnos a vivir sin aire.


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